En las tostadoras de pan verticales, debemos colocar el pan en la ranura y bajar la palanca para introducir el pan en la tostadora.
Al bajar esta palanca, se activa una resistencia que se encarga de convertir la energía eléctrica que obtenemos de la corriente en radiación infrarroja. Este proceso lo realiza calentando el alambre hecho de níquel y cromo que encontramos dentro de las tostadoras.
Cuando la tostadora está en funcionamiento, este alambre puede alcanzar temperaturas cercanas a los 600 grados en pocos segundos, por lo que se elimina la humedad del pan y se tuesta el exterior, tomando ese color dorado que tanto nos gusta y haciendo el pan crujiente.